Mantén los alimentos frescos con estas ideas

 

Mantén los alimentos frescos con estas ideas

 

Evita el riesgo de enfermedades gastrointestinales e intoxicaciones en tu guardería. Uno de los principales focos de riesgo es la alimentación, más aún en temporada de calor, cuando los alimentos se maduran y descomponen con más facilidad. Sigue estas recomendaciones para mantener los alimentos siempre frescos.

El primer paso es planear tus compras y seleccionar los mejores alimentos.

  1. Toma en cuenta la duración de los productos y calendariza su compra. Por ejemplo, los cereales y las leguminosas se pueden comprar por mes; las verduras y las frutas se pueden comprar semanalmente si se cuenta con refrigeradores que permitan conservarlas, lo mismo sucede con los productos de origen animal. Estas medidas evitarán el desperdicio.
  2. Comprar por volumen disminuye el costo, sin embargo te recomendamos que los alimentos que compres tengan distintos niveles de maduración, para que se conserven más tiempo y poder emplearlos conforme se necesiten.
  3. Planea el menú semanal que le darás a los niños. Esto te ayudará a saber qué alimentos debes comprar y en qué cantidades.
  4. Procura incluir en tus menús, frutas y verduras de la temporada. Así conseguirás productos de menor costo y mejor calidad respecto.
  5. En temporada los productos se maduran y descomponen con mayor facilidad, por lo que la recomendación es que realices compras en menor cantidad, pero con mayor frecuencia.

Ahora que conoces estas recomendaciones, el siguiente paso es saber identificar los alimentos más frescos, pues eso te permitirá almacenarlos por más tiempo en óptimas condiciones.

Cómo identificar alimentos frescos

Carnes rojas: el color debe ser rojo brillante, en el caso del cerdo hay que buscar que sea rosada y la grasa de color blanco; se debe evitar comprar la carne cuando presente coloraciones café oscuro o verdosas y la grasa sea amarilla.

La textura debe ser firme, elástica y ligeramente húmeda. En cuanto al olor debe ser sutil y característico. Si se compra carne fresca, se debe consumir inmediatamente; es importante considerar que una vez que se descongela sólo debe refrigerarse y no volverse a congelar.

Aves: de color blanco característico, sin decoloración o ligeramente rosado; no se deben comprar si presentan coloración grisácea o amoratada; su olor debe ser tenue y característico; su textura firme y húmeda, nunca pegajosa o blanda. Si se compran empacadas se debe verificar la fecha de caducidad.

Pescado: de agallas rojo brillante y húmedas, ojos saltones, brillantes y cristalinos; de consistencia firme y elástica, al oprimirlo con el dedo la marca debe desaparecer; el olor debe ser sutil y no muy penetrante.

Huevo: el cascarón debe estar íntegro y limpio; la yema no se rompe fácilmente y la clara es espesa. Si se pone en agua con un poco de sal, debe hundirse en el fondo, de no ser así ya no está fresco.

Queso fresco: de olor característico, con los bordes íntegros y regulares, elaborado con leche pasteurizada.

Verduras: de colores vivos, la mayoría deben ser inodoras o ligeramente olorosas. Las verduras de tallo deben estar perfectamente adheridas a él; con la piel lisa, suave y brillante (berenjena, calabaza italiana, jitomate, champiñones,). Las hortalizas de hoja deben estar libres de insectos y sin tierra, las hojas deben firmes y de tallos crujientes. La familia de las coles (brócoli y coliflor, entre otras) deberá tener una consistencia dura y apretada, además de colores brillantes y pocas hojas maltratadas alrededor. Las hortalizas de raíz y tubérculos (papa, zanahoria, betabel) deben estar lo más limpias posible, sin raspaduras ni agujeros, sin raíces o que éstas sean muy delgadas. Las legumbres como las habas, el ejote, los chícharos, deben tener colores intensos; la vaina que las protege debe estar íntegra y el contenido firme.

Frutas: de colores vivos interna y externamente, sin golpes, raspones, magulladuras, agujeros ni presencia de moho. Si las frutas tienen tallo, deberán estar perfectamente unidas a él. Frutas aromáticas, de cáscara lisa y firme (crujiente o con resistencia al tacto) perfectamente adherida a la carne.

Una vez que tienes en tu estancia infantil los productos, deberás mantenerlos refrigerados de la siguiente manera:

  • Carnes crudas: de dos a cuatro días en la parte alta del refrigerador; cocidas, de uno a dos días.
  • Pescado: un día.
  • Verdura: cruda, hasta una semana; cocida, de dos a tres días. Se deben colocar en la parte baja del refrigerador. Coloca toallas de papel en el fondo de los cajones, evitará que se pudran debido al exceso de humedad.
  • Una manera de mantener frescos y crujientes el apio y la zanahoria es guardarlos picados dentro de un recipiente con agua.
  • Evita separar los plátanos del racimo, así durarán más tiempo.
  • Guarda la leche y los quesos en la parte media o superior del refrigerador. Evita almacenarlos en la puerta, pues se cuela aire caliente cada vez que se abre, lo que provoca una descomposición más rápida.
  • En el caso de los productos procesados hay que estar pendiente de la fecha de caducidad. Pero en su mayoría almacénalos en un espacio oscuro.

Recuerda, la buena higiene y conservación de los alimentos en tu guardería es crucial para evitar riesgos de intoxicaciones y enfermedades gastrointestinales. Sigue nuestros consejos y mantén saludables a tus pequeños.

 

Fuente: Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, SEP.