¿Cómo manejar el estrés postraumático en niños?

¿Cómo manejar el estrés postraumático en niños?

 

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un estado emocional que puede presentarse después de que un pequeño enfrentó  una situación o evento traumático, desde accidentes automovilísticos, enfermedades potencialmente mortales, abuso físico, abandono, violencia doméstica, secuestro, la muerte de uno de sus padres e incluso algún desastre natural.

Solo por mencionar un ejemplo, a partir de los sismos de septiembre pasado, se estimó que al menos 12 millones de niños presentaban síntomas de estrés postraumático en las entidades que se vieron afectadas.

Si bien en eventos tan relevantes como los sismos puede ser evidente identificar señales de TEPT, e incluso tener un significativo número de pequeños pasando por los mismos síntomas, hay casos aislados que debes saber detectar para poder ayudar a tiempo al pequeño y levantar la voz ante autoridades, si fuera el caso.

Sé observador constante

Puedes no ser consciente de los factores estresantes traumáticos en la vida diaria de los pequeños, por ejemplo, la violencia doméstica o el abandono. O bien algún evento en el pasado del niño que no fue tratado adecuadamente y hasta ahora empieza a desencadenar síntomas evidentes. Lo que podía parecer un niño distraído o más activo que el promedio, ahora puede mostrar señales claras de un TEPT.

Síntomas postraumáticos

Pero ¿cuáles son los síntomas y cómo puedes apoyar a los pequeños de tu guardería en caso de identificar un caso así?

Entre algunas secuelas están los problemas de sueño y la inseguridad. En niños de edad preescolar, el TEPT se caracteriza por cuadros de ansiedad o angustia, suelen tener conductas agresivas, problemas para comer, dormir, mal control de esfínteres y se vuelven irritables.

En pequeños que sufren abuso físico, también se presenta enojo, aislamiento, baja autoestima y no poder confiar en los demás.

Los niños, pueden mostrar signos de trastorno de estrés postraumático en su juego. Podrían seguir repitiendo una parte del trauma, aunque esto no hace que su preocupación y angustia desaparezca. Por ejemplo, un niño siempre puede querer jugar al papá y la mamá en el que alguno de los dos grita, insulta o golpea. Por ello es importante que tanto tú como el personal de tu guardería o estancia infantil esté atento a todas las conductas y manera de desenvolverse de los pequeños. Solo eso te dará las armas suficientes para saber cuando algo no va bien.

En el momento que identifiques una conducta postraumática el primer paso es hablar con sus padres, investigar la razón, qué han notado ellos y llegar en conjunto a una posible solución como terapia psicológica.

Recuerda, eres un eslabón clave en el desarrollo de los pequeños. Eres la pieza clave que podría sacarlos de una situación traumática, o ayudarlos junto con sus padres a superar algún suceso desagradable.