Hablar sobre los errores de otros médicos.

Aunque mucho se ha dicho sobre la obligación ética de comunicar abiertamente a los pacientes que han sido dañados por errores médicos[i] quienes en general se esfuerzan para cumplir con esta obligación, en términos generales en la literatura se asume que el médico que informa sobre la comisión de un error, es quien lo ha cometido. Sin embargo, actualmente la medicina es compleja y requiere de los conocimientos y destrezas de más de un médico en más de un escenario clínico, y para agregar complejidad se desarrolla en organizaciones de salud que son susceptibles de contribuir a que un evento adverso tenga lugar, situaciones que establecen una gama de responsabilidades.

Identificar el error cometido por un colega lleva a enfrentar retos importantes. ¿Quién debe asumir la responsabilidad y quien debe hablar con el paciente sobre el error? Cuando estos retos nos confunden, el paciente recibe muy poca información sobre el evento, perdiéndose oportunidades para establecer puentes de confianza y evitar litigios.

Para un médico que tiene que hablar sobre un evento adverso generado por otro facultativo, el primer reto es saber qué fue lo que pasó venciendo barreras como son la imposibilidad de acceso al expediente clínico, falta de habilidades de análisis y comunicación, así como la desinformación generada por aseguradoras de responsabilidad civil.

Una forma de ir haciendo de lado las barreras, es hablar con el médico involucrado para escuchar desde su perspectiva que es lo que pasó, con ello identificar si realmente se trata de un evento adverso o de una complicación explicable y posible. Sin embargo, pretender hacer esto genera temores, fundados en los protocolos y prejuicios de respeto profesional y social entre los médicos, además de otras condiciones como rumores, lealtad y solidaridad entre pares. De manera natural hay una tendencia a evitar temas que puedan generar una reputación personal inadecuada, alteración de relaciones interpersonales entre los miembros del equipo de salud y afectación adversa a las instituciones. En términos generales hay muy poca información de cómo manejar la información relacionada al “error” de otro médico sin que esto desencadene una demanda del paciente o los familiares.

A pesar de las dificultades inherentes al reconocimiento del error, los familiares deberán ser informados con un primer análisis de los hechos y estableciendo el compromiso de que se analizará el incidente con diversas acciones y a la brevedad posible. Lo único que no puede hacerse es ignorar el evento adverso.

Idealmente, deberá tenerse una conversación médico-médico, en la que no se aventuren juicios de valor y recriminaciones. La conversación debería estar encaminada a favorecer actitudes proactivas para reducir al máximo posiciones defensivas[ii].

Lo anterior se puede lograr cuando la institución de salud y el personal de salud involucrado se propone responder a 4 preguntas fundamentales; 1) ¿Qué sucedió, 2) ¿Cómo y porqué sucedió?, 3) ¿Qué puede hacerse para reducir el riesgo de que vuelva a ocurrir?, y 4) ¿Qué se aprendió?

Para lograrlo se debe tomar en cuenta con la perspectiva del paciente y su familia, contar con una estructura de análisis de incidentes, tener la capacidad para analizar la relación del incidente con el continuo del quehacer médico, contar con un método de diagramación para una mejor identificación de los factores contribuyentes y apoyar la validación e implementación de las recomendaciones.

Una estructura que permite esto es la propuesta del Canadian Patient Safety Institute[iii]. En esencia, la propuesta estructural consta de 6 eslabones; planear antes de que se tenga un incidente, incluyendo la respuesta inmediata que se debe dar al paciente/familia, prepararse para el análisis, desarrollarlo, implementar las recomendaciones y finalmente compartir las lecciones aprendidas.

El propio Instituto Canadiense desarrollo la semana del 30 de octubre al 3 de noviembre del 2013 un foro virtual sobre seguridad del paciente[iv] evento que inició siempre con el testimonio de algún familiar relatando el evento adverso sufrido por un familiar, con lo que los datos, las cifras y las estadísticas se humanizaron, se vitalizaron. Se mencionó en muchas ocasiones durante el Foro que la seguridad inicia al preguntar, escuchar y hablar, esta última deberá hacerse con el corazón.

Dr. Fernando Pérez Galaz
Cirugía gastrointestinal y Bariátrica
Administrador de Riesgos Clínicos
Grupo Mexicano de Seguros.
fernando@drperezgalaz.com

 

Referencias

 

[i]Snyder L. American College of Physicians Ethics Manual: sixth edition. Ann Intern Med 2012;156:73-104.

 

[ii]Gallagher TH, Mello MM, Levinson W, et al. Talking with Patients about Other Clinicians’ Errors. N Eng J Med 2013;369(18):1752-1757

 

[iii] Canadian Incident Analysis Framework. www.patientsafetyinstitute.ca Consultado el 30 de octubre del 2013.

 

[iv] Canada’s vitual fórum on patient safety and quality improvement. http://www.gowebcasting.com/conferences/2013/10/28/canada-s-virtual-forum-on-patient-safety-and-quality-improvement-program Consultado el 2 de noviembre del 2013.