Vivimos en una era en donde la medicina se ha tenido que volver cada vez más “defensiva”, queriendo decir que cada vez hay más médicos que son demandados, difamados y expuestos en redes sociales porque no obtiene el paciente los resultados que quería o que esperaba (aunque en muchas ocasiones son expectativas alejadas de la realidad). Ingresa un paciente y se solicitan 20 estudios de laboratorio y gabinete antes de tocar al paciente.

Esto ha hecho que la relación médico-paciente se vaya fracturando cada vez con más frecuencia, provocando que los médicos se limiten a solucionar situaciones orgánicas, deshumanizando la medicina a pesar de que en muchos lugares se repite el mismo “mantra” que dice “tratamos pacientes, no enfermedades”.

Tenemos que regresar a ser los médicos que dediquemos al paciente el tiempo que necesite, que le contestemos absolutamente todas sus preguntas, que les proporcionemos nuestro número celular haciéndoles hincapié en que nos pueden llamar a la hora que sea el día que sea; el paciente se debe se sentir seguro y se debe de notar que nos importa. Que no es solo un paciente más, que no es solo una gripa, una vesícula, una fractura más. Sino que es una persona, que llego preocupada porque además de que se sentía mal, tenía a un hijo enfermo, que además de la consulta acaba de fallecer un familiar suyo.

Si, esto en muchas ocasiones no tiene ningún impacto en su patología y solo es tiempo “perdido”, hay que dirigir los interrogatorios para no dejar que hablen de toda su historia. Pero yo estoy seguro de que si dedicamos tiempo, si les preguntan como siguió su hijo, si los escuchamos, los pacientes se sienten mejor solo con entrar al consultorio.

Tenemos que recuperar una relación médico paciente cordial, amable, comprometida y con eso vamos a disminuir la proporción de pacientes molestos y que demandan. Y no digo que esto sea un pase libre para cometer negligencias, una buena relación médico-paciente jamás justificará la falta de conocimiento, sin embargo, cuando existe una buena relación, y las cosas no salen como se esperaba, cuando se presentan complicaciones, y el paciente lo sabía y les confía, lo van a entender.

Así que los beneficios de una buena relación médico paciente son muchos, como médico se recupera el amor a la medicina, se recupera esa parte humana que todos añoramos al iniciar la carrera y que con el paso de los años se nos olvida, el ayudar a la gente y no solo curar al paciente, mejores resultados clínicos, paciente y familiares felices, y menos demandas.

Dr. Guillermo Rea Field
Cirujano General **

Cirujano general en Hospital San Angel Inn Chapultepec, Ciudad de México.