La relación médico-paciente es cada vez más compleja, ya que cada vez nos enfrentamos a pacientes más informados, o desinformados en muchos casos, más defensivos y ya llegan con un diagnóstico que encontraron en internet y que muchas veces es difícil sacarlos de lo que encontraron, leyeron o les recomendaron.

Pero es muy importante establecer una buena relación con los pacientes para lograr un adecuado manejo, apego al tratamiento y buenos resultados, ya que está demostrado que un paciente que tiene mejor relación con su médico es más propenso a seguir las indicaciones de forma adecuada, y tener mejores resultados clínicos, con el beneficio que eso tiene para todos.

Aquí hay tres recomendaciones muy útiles para tener una buena relación con sus pacientes, y no necesariamente es ser “empático” poniéndose en sus zapatos, llorar con él, sufrir con él, etc.

1. Escuche: Al preguntarle a muchos pacientes “¿Qué te interesa al recibir atención médica?” muchas respuestas son: ser escuchado.

Muchos pacientes pueden tener síntomas similares, y el cuadro clínico parecido, sin embargo, si no escuchamos que es su malestar principal no se sienten debidamente atendidos. Por ejemplo, dos pacientes diferentes con un resfriado, puede que uno de ellos se queje de mucha tos, mientras el otro tiene más molestia por escurrimiento nasal. El tratamiento puede ser el mismo, pero enfocándonos a lo que le molesta al paciente.

Ejercer esto favorecerá a disminuir la ansiedad del paciente, y mejorar así, la relación con el médico.

2. Reconocimiento: Es importante que al interactuar con el paciente reconozcamos sus sentimientos. Por ejemplo, al tener un paciente en un momento de tristeza hay que reconocerlo, con esto no queremos decir que tenemos que abrazarlo y llorar con ellos, pero si reconocer su dolor, y hacerle saber que lo reconocimos, un simple “me doy cuenta de que está triste, se que es un momento difícil” puede hacer toda la diferencia en cuanto a la relación con el paciente. Humanizar a los médicos favorece a una buena relación y una buena conexión con los pacientes.

El reconocer al paciente, sus sentimientos y sus necesidades favorece a romper barreras de comunicación y ayuda a tener una buena relación con su profesional de salud.

3. Discutir: Este punto es el más complicado de los tres, ya que cada paciente es diferente en como procesa la información que se les brinda.

Para conocer esto es importante saber que tanto se involucra el paciente en su salud. El conocer esto va a ayudar al médico a saber que tanto le van a entender y aportar al discutir resultados de estudios, opciones de tratamientos, etc. durante su atención.

Cuando procedemos a intervenciones y decisiones sin discutirlas con el paciente, puede llegar a sentirse forzado.

Tomando en cuenta estos tres factores es muy fácil lograr tener una adecuada relación con los pacientes, favoreciendo a una resolución de conflictos pronta y sin mayores complicaciones. Además de favorecer a buenos resultados clínicos.

 

Dr. Fernando Pérez Galaz **
Administrador de riesgos clínicos
Grupo Mexicano de Seguros

** Cirujano general especialista en cirugía gastrointestinal, bariátrica y metabólica en Hospital Angeles Lomas, México

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