Riesgo y relevancia para lesiones punzo-cortantes: cirugía plástica

En Estados Unidos de Norteamérica hay 4 millones de trabajadores de la salud que se encuentran en riesgo de infecciones hematógenas y 400,000 lesiones anuales por instrumentos punzo-cortantes. Los cirujanos representan el 25% de los trabajadores del equipo de salud, los que se encuentran en los niveles de riesgo más altos en una sala de operaciones.

Aunque la  mayoría de estos accidentes llevan solo a dolor y molestia en el sitio lesionado, también pueden traer enfermedades e incapacidades permanentes. A pesar de las políticas de protección que han implementado las instituciones de salud, las lesiones por punzo-cortantes continúan observándose, y prácticamente todos los cirujanos refieren haber presentado este tipo de lesiones a lo largo de su carrera. Así lo idéntica el Dr. Kevin Chung y colaboradores de la Universidad del Sistema de Salud de Michigan E.U.A.[i]

Debido a que la fatiga y la inexperiencia contribuyen a que sucedan con mayor frecuencia lesiones con instrumentos punzo-cortantes, los residentes y los estudiantes de medicina se encuentran en alto riesgo, situación a la que se hace énfasis en el trabajo que apareció en el mes de Abril del 2013 en el Plastic and Reconstructive Surgery.

La mayor preocupación para aquellos que sufren este tipo de lesiones es adquirir alguna enfermedad infecciosa cuyo portador sea el paciente. A pesar de que la infección por el VIH es la más temida, el riesgo de infección por el virus de la hepatitis B es mucho más alto.

Adicionalmente, las lesiones punzo-cortantes tienen considerable impacto psicológico en los profesionales de la salud y en sus familias especialmente mientras confirman si la persona lesionada se encuentra libre de infección, un proceso que puede llevar semanas o meses.

Las instituciones de salud en México a través de los responsables de los comités de control de infecciones tiene guías clínicas estándar para valorar y atender al personal después sufrir una lesión punzo-cortante al atender a pacientes positivos para infecciones por VIH y hepatitis B, como es la administración de medicamentos antivirales, idealmente iniciando en el lapso de horas después de sufrir la lesión.

En E.U.A. el costo promedio del seguimiento y tratamiento preventivo después de lesiones punzo-cortantes por aguja usada en un paciente con una infección hemática es de $375 dólares americanos y $2,500 dólares americanos si el paciente es portador de infección por el virus del VIH.

La expectativa de la publicación de este MediTips es la de enfatizar que el personal de salud que trabaja en una sala de operaciones está expuesto a riesgos y daño potencial por lesiones punzo-cortantes, y a través de ello, sensibilizar a que se hagan los esfuerzos necesarios para aplicar las medidas que previenen y reducen dicho riesgo.

Dr. Fernando Pérez Galaz

 


 

[i] Jennifer F. Waljee JF, Malay S. Kevin C, Chung KC. Sharps Injuries: The Risks and Relevance to Plastic Surgeons. Plast Reconstr Surg 2013; 131: 784. También en: http://journals.lww.com/plasreconsurg/Fulltext/2013/04000/Sharps_Injuries___The_Risks_and_Relevance_to.22.aspx