¡¡Jueguen mientras l@ vistes!!

Es importante aprovechar cada momento del día para conectarte e interactuar con tu bebé.

Recuerda que los más importante para favorecer su desarrollo son las interacción de “servir y devolver“.

¡¡¡La hora de vestirse puede ser una de ellas!!!

Si tu pequeño tiene menos de 18 meses cuéntale que ropa elegiste para él y por qué. Si hace frío o hace calor, si van a ir a un lugar elegante o si simplemente van a salir a hacer la compra. Permíetele que poco a poco vaya integrando conceptos como clima o propósito de cada vestimenta para que en un futuro el solito puede elegir o discernir entre la ropa que tiene para vestirse adecuadamente.

Por otro lado, haz descripciones sobre las texturas y colores de la ropa. Si es suave o áspera, si tiene textura o es liza. Aprovecha el momento para estimular todos sus sentidos. Poco a poco puedes aumentar la cantidad de descripciones. Por ejemplo, una chamara puede ser al mismo tiempo roja, pachoncita, suave, grande, rellena, con dos mangas, etc.

Si tu bebé ya tiene entre 18 a 36 meses, permite que, a veces y cuando consideres que tienen tiempo y estén abiertos a ello, él o ella elija alguna o todas las prendas de vestir. Esto es fundamental para favorecer su autoestima y autonomía. Le provocará un sentimiento de satisfacción así como la construcción de su seguridad. ¡Todos los seres humanos necesitamos saber que podemos hacer las cosas por nosotros mismos!

Ahora bien, ¿qué sucede si hace frío o está lloviendo, y tu pequeño elige sandalias o un vestido sin mangas? En este caso es importante que el razone e integre el por que cuando el clima está de esta manera no puede ponerse esa ropa. Salgan al patio, si hay techo, o asómense por la ventana y preguntarle “¿hace frío o calor?”. Promueve que él o ella, solito llegue a la conclusión de por que no puede ponerse lo que eligió.

Por otro lado, pueden jugar a que el diga en que parte del cuerpo va cada prenda. Por ejemplo, “¿En dónde va este zapato azul?… ¡En el pie!…¡Muy bien mi amor, el zapato va en el pie!” De esta forma estarán motivando al pequeño a que reconozca las diferentes partes de su cuerpo, tenga mayor conciencia corporal y al mismo tiempo estimulando el área de lenguaje para nombrar cada parte. Les recomendamos comenzar por lo más fácil y poco a poco ir aumentando el grado de dificultad.

Por último, vele enseñando a ponerse las cosas el solito. Pueden comenzar por una bufanda y terminar por los calcetines o zapatos!!! Esta actividad continuará construyendo su autonomía y seguridad.

¿Quién dijo que una tarea diaria pudiera ser tan divertida?

 

Recuerden dejar sus comentarios y contarnos ¿cómo les fue?…