¡¡Vayan al parque!!

Cada momento es una oportunidad para impulsar su desarrollo.

Salir al parque o bosque con tu hijo es una GRAN oportunidad para favorecer sus habilidades motoras, sociales, afectivas, sensoriales y cognitivas. 

 

En un ambiente diferente los niños despiertan su personalidad científica y a través de moverse por los columpios, las resbaladillas, subir y bajar escalones, etc. Crean hipótesis y le dan sentido al mundo que les rodea. Observan el movimiento de las hojas cuando estas se mueven de acuerdo al aire, se dan cuenta de la forma en la que la luz pasa a través de las hojas y ramas de los árboles creando sombras, coordinan su cuerpo para poder caminar, correr o brincar sobre superficies diferentes como tierra, asfalto, piedras o incluso lodo. 

También observan animales como perros, gatos o pájaros. Comienzan a distinguirlos y a identificar su naturaleza. 

A su vez descubren a otros niños y adultos, algunos más grandes o más pequeños que ellos o sus padres. Observan diferentes razas, religiones, culturas, sin darse cuenta realmente de las diferencias y sin emitir algún tipo de juicio. Simplemente las identifican. 

Miran a personas llorar, reir y amar.  

 

Es como si ese parque se convirtiera en una ola que revuelca al niño llenándolo de experiencias significativas que fortalecerán su desarrollo.

 

¡¡¡Es fundamental aprovechar esta ola!!!

 

Cuando vayan a este tipo de lugares, observen las acciones, dudas e interacciones de su pequeño. Aprovechen el momento para enseñar o platicar de algo. Por ejemplo, pueden aprovechar cuando un pequeño se caiga para enseñar empatía. Puedes decir: “Se calló el niño, ¿está llorando verdad? ¿Crees que le duela?… Si lo deseas podemos llevarle esta curita a ver si eso le ayuda”:

 

Es un ambiente tan rico y lleno de oportunidades que únicamente harán que la relación entre tu pequeño y tu se fortalezca.